martes, 11 de marzo de 2014

"UN ANCHO DE AQUÉLLOS" (FRAGMENTO, "DESDE EL POTRERO", CICCUS, 2014)


"Todavía no recuerdo cuando fue la última vez que lo vi jugar. Bah, sí me acuerdo. Nos ayudó un sábado a completar nueve tipos, en el equipo que había conformado yo con los chicos amigos y algunos ex compañeros de la liga. Estábamos desarmados y a las apuradas como siempre, y nos creíamos un cúmulo de estrellitas intocables e inalcanzables. Encima jugábamos con el mejor del torneo, que para peor, tenía muchachos militando en categorías de ascenso del fútbol italiano y argentino. Y él, con todo su desprendimiento tan característico, se calzó la seis bañada en colores rojos y negros y fue el mejor de nosotros. Dando treinta años de ventaja y en zapatillas. ¡En zapatillas! Un fenómeno.
Pero si bien, esa debe ser la última vez que lo observé pegándole con la derecha para arriba lanzando nuestra única contra del partido, que dicho sea de paso, perdimos dos a uno sólo por su épica resistencia en defensa; y lo sentí repetidamente retándome porque yo rezongaba a los cuatro vientos y desaparecía de la continuidad del juego, ese no refiere para mi razón su último acto en una cancha. Desde la acción sí. No desde lo simbólico. Desde el hecho que mis emociones presionan e intimidan para que yo traiga al presente.
Mi viejo, había integrado equipos en torneos barriales durante su juventud. Nunca le pregunté si había despuntado el vicio en infantiles de algún club. Es más, sobre su infancia pocas veces le he preguntado algo. Eso quizás ha sido un desacierto de mi parte. Si sé, que de joven ingresó como empleado bancario y allí inició una gruesa carrera hasta jubilarse con todos los honores. Ese día también lo llevo patentado entre mis ideas..." 

No hay comentarios:

Publicar un comentario