lunes, 17 de marzo de 2014

"MADE IN TAIWÁN" (FRAGMENTO, "DESDE EL POTRERO", CICCUS, 2014)


"Parado a sesenta metros todavía no lo puedo creer. Sesenta metros… Algo así como 127 pasos, calculando al voleo. Miro hasta allá, me miro los pies y sí, pasos más pasos menos, la distancia es esa desde esta esquina. Sigo las líneas blancas pintadas una al lado de la otra en  la estación de GNC, los autos que las atropellan, que entran y salen. Sin bajar la vista, se me presenta intacta la imagen de aquel caminito de piedras en punta y con pasto hecho en la vereda pelada que hoy es parte de la avenida, por el que yo encaraba perfilando la zurda y sacando el tiro cruzado que apuntaba a la ratonera del arquero, con final dispar para aquel deseo. Dos o tres piques malos sobre los adoquines desparejos, la vista en la bocha y en el momento justo darle con el alma bien sobre el empeine. Los cordones que se estremecen contra el cuero de la redonda y mi mirada insolente en la búsqueda que la bocha no doble ni se desvíe para terminar con destino de gol.
La estación de servicio incrustada en esta esquina, en la esquina de casa, vino a voltear quince años de niñez y adolescencia que empiezo a recordar. Y cada día, intenta comerse un poco más del disco duro que almacena situaciones propias de la infancia, que por más que muchas veces, o casi siempre, parece que todos vivimos las mismas escenas, con iguales orígenes, personajes e idéntico desenlace; siempre hay algo de singular que sólo cada uno rescata y que no se reproduce nunca.
Pero el día de mi entrada a una especie de salón de la fama barrial estuvo marcado por acción de terceros. Y esos terceros aunque muy cercanos, fueron mis viejos cuando me regalaron esa pelota número cinco. Cómo no recordarla. Negrita la guacha, media brillosa, con gajos intercalados de color fucsia. Sí, fucsia. La mayoría me cargaba y chicaneaba por el color, pero al final todos se rindieron ante esa rara belleza. Para completarla, tenía la inscripción en blanco cerca del pico que decía “made in Taiwán”, lo que le daba el status internacional. Divina la verdad, con un golpe singular. Seco para salir como una bala. No me acuerdo si me la habían dado para una fecha en especial o si había sido la primera pelota en llegar a mis manos. Calculo que no. Sin embargo, la recuerdo como la más simbólica, como uno de los recuerdos más patentes de la infancia..."

jueves, 13 de marzo de 2014

"EL DE AFUERA" (FRAGMENTO, "DESDE EL POTRERO", CICCUS, 2014)


"La ruta de la pelota no muere solamente en un once contra once y una terna arbitral, permeable o no. En perder, empatar o ganar. En medir la vida, o el deporte, en este caso, como una desenfrenada carrera que sólo admite éxitos y destierra a los que no ganan siempre, o nunca. Para nada termina allí. Igual tendríamos que dedicarle un debate intercontinental, o, una madrugada entera de copas en la barra de un club, para definir qué significa ganar. Y humildemente, me niego de manera rotunda a creer que todo inicie en ese punto: en ganar. Porque previamente a ello, hay kilómetros de momentos, frases, fotos y hasta jugadas que no se pueden vaticinar. Adivinar que pueden cobrar vida. Y marcarnos para siempre.  

Como aquella tarde, cuando su viejo estaba agrandado, orgulloso o satisfecho. O un poco de todo. No sé muy bien qué sensación lo recorría. Reía, mejor dicho, sonreía. Mucho. Largo. Y con la casaca puesta, esa que le revoleó su pibe por encima del alambrado en aquella final del año que definía de local jugando para un equipo del interior de la provincia de Buenos Aires, luego de ganar el clausura, y perdieron 3 a 1 sin merecer mucho más.
El tipo, el padre, camina bien a su modo. Desaprendido, libre, buscando la última vida diaria del sol. Mira fijo al pibe. Sin lagrimear. Quizás queriendo, pero él no es de ese estilo. Lo mira y le hace caras, porque veía su expresión y estoy seguro recordaba cómo el pibe puteaba, y le decía de los exististas, demagogos, que le palmeaban el lomo con el puñal en el bolsillo, o lo insultaban amparados en la impunidad que se cultiva en la masividad de la tribuna. El volante que venía de afuera, no era nacido ahí, los veía a esos y los tenía junados uno por uno. Como también distinguía a los leales de siempre. A su gente. A los que nunca lo dejaron solo. A los que aguantaron en el barco hasta cuando dio varias 'vueltas de campana'..."

martes, 11 de marzo de 2014

"UN ANCHO DE AQUÉLLOS" (FRAGMENTO, "DESDE EL POTRERO", CICCUS, 2014)


"Todavía no recuerdo cuando fue la última vez que lo vi jugar. Bah, sí me acuerdo. Nos ayudó un sábado a completar nueve tipos, en el equipo que había conformado yo con los chicos amigos y algunos ex compañeros de la liga. Estábamos desarmados y a las apuradas como siempre, y nos creíamos un cúmulo de estrellitas intocables e inalcanzables. Encima jugábamos con el mejor del torneo, que para peor, tenía muchachos militando en categorías de ascenso del fútbol italiano y argentino. Y él, con todo su desprendimiento tan característico, se calzó la seis bañada en colores rojos y negros y fue el mejor de nosotros. Dando treinta años de ventaja y en zapatillas. ¡En zapatillas! Un fenómeno.
Pero si bien, esa debe ser la última vez que lo observé pegándole con la derecha para arriba lanzando nuestra única contra del partido, que dicho sea de paso, perdimos dos a uno sólo por su épica resistencia en defensa; y lo sentí repetidamente retándome porque yo rezongaba a los cuatro vientos y desaparecía de la continuidad del juego, ese no refiere para mi razón su último acto en una cancha. Desde la acción sí. No desde lo simbólico. Desde el hecho que mis emociones presionan e intimidan para que yo traiga al presente.
Mi viejo, había integrado equipos en torneos barriales durante su juventud. Nunca le pregunté si había despuntado el vicio en infantiles de algún club. Es más, sobre su infancia pocas veces le he preguntado algo. Eso quizás ha sido un desacierto de mi parte. Si sé, que de joven ingresó como empleado bancario y allí inició una gruesa carrera hasta jubilarse con todos los honores. Ese día también lo llevo patentado entre mis ideas..."